Historia de la republica dominicana parte 6

 

Historia de la república dominicana parte 6

Tratado de Basilea, cesión a Francia y revolución haitiana



Con el estallido de la rebelión de los esclavos contra los colonos franceses en 1791, los rebeldes aprovecharon la guerra entre Francia y España y se refugiaron en la parte española, se unieron a las milicias dominicanas, las cuales estaban constituidas por nativos de Santo Domingo, de donde viene el gentilicio «dominicano», porque en ese entonces nunca llegaron a Santo Domingo tropas de España para enfrentar a los franceses. Toussaint Louverture dirigía a los ex-esclavos de Francia en la parte española, pero luego éste fue derrotado por los franceses y traicionó a los dominicanos. En 1795, Francia obtuvo el control de toda la isla en virtud del Tratado de Basilea. En 1801 Louverture arribó a Santo Domingo para dar rienda suelta a sus intenciones de someter toda la isla bajo su yugo, incluso consagró en su constitución que la isla era una e indivisible. Poco después, Napoleón envió un ejército que dominó a los antiguos esclavos y la gobernó durante unos meses, pero la fiebre amarilla diezmó a las tropas de Napoleón, lo que fue aprovechado por los negros que de nuevo se levantaron en contra de estos franceses en octubre de 1802 y finalmente los derrotaron en noviembre de 1803. El 1 de enero de 1804 los vencedores declararon a Saint-Domingue como la república independiente de Haití. Incluso después de su derrota a manos de los haitianos, una pequeña guarnición francesa se mantuvo en Santo Domingo.

A finales de febrero de 1805, tras haberse coronado emperador, Jean-Jacques Dessalines (Jacobo I de Haití) invadió, sus tropas avanzaron por dos rutas, la una por el norte (Dajabón-Santiago-La Vega-Santo Domingo), comandada por Henri Christophe, y la otra por el sur (Hincha-San Juan-Azua-Baní-Santo Domingo), comandada por Dessalines. En su avance por la ruta sur, el emperador haitiano halló que los habitantes de San Juan y Baní habían evacuado sus ciudades para protegerse, por lo que él consideró que la población autóctona no merecía su clemencia. El 6 de marzo, al aproximarse a la ciudad capital, Dessalines ordenó incendiar la villa de San Carlos (ubicada en los extramuros de la capital) e inició el asedio de la capital. El 25 de marzo ordenó el exterminio total de la población en su poder, efectuándose un traslado masivo a las grandes ciudades haitianas para matarlos en las plazas públicas mediante aplastamiento (por caballos y acémilas) y desmembramiento. Tres días más tarde, arribaron a Santo Domingo tres fragatas y dos bergantines franceses; Dessalines decidió la retirada de sus tropas a Haití. En abril, Dessalines y Christophe junto a sus tropas arrasaron Santiago, Moca, Cotuí, La Vega, Azua, San Juan, Baní, entre otras ciudades, y masacraron a los moradores de estas que no habían huido a la Cordillera Central, aniquilando a unas diez mil personas.

Los franceses ocuparon la parte oriental de la isla, hasta que fueron derrotados en la batalla de Palo Hincado el 7 de noviembre de 1808 por los habitantes nativos de Santo Domingo, quienes tuvieron como líder al nativo de Cotuí Juan Sánchez Ramírez, quien era un rico hacendado en su región, pero aportó toda esa riqueza para defender la causa dominicana de preservar su nación que tenía tanto de España como de África, quedando tanto él como su familia en una espantosa ruina económica. La capitulación definitiva de los franceses en la asediada ciudad de Santo Domingo se produjo el 9 de julio de 1809, con la ayuda de la Marina Real británica.



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