Historia de la republica dominicana parte 7

 

 Historia de la republica dominicana parte 7

Independencia Efímera (1821-1822)

Santo Domingo antes de la anexión haitiana

Las autoridades españolas mostraron poco interés en su colonia restaurada, y el período siguiente se recuerda como la España Boba. Las grandes familias ganaderas como la del futuro terrateniente y presidente dominicano Pedro Santana llegaron a ser los líderes en el sureste, la "ley del machete" gobernó por un tiempo. El exgobernador y teniente José Núñez de Cáceres declaró la independencia de la colonia como el estado del Haití Español el 1 de diciembre de 1821, solicitando la admisión a la República de la Gran Colombia, pero las fuerzas de Haití dirigidas por Jean-Pierre Boyer ocuparon el país nueve semanas más tarde.

El 9 de febrero de 1822, Boyer entró formalmente en la capital, Santo Domingo, donde fue recibido por Núñez de Cáceres que le ofreció las llaves del palacio. Boyer rechazó la oferta diciendo: "No he venido a esta ciudad como un conquistador sino por la voluntad de sus habitantes".

Ocupación haitiana (1822-1844)

La ocupación haitiana de veintidós años que siguieron se recuerda por los dominicanos como un período de régimen militar brutal, aunque la realidad es más compleja. Se realizaron expropiaciones de tierras a gran escala y esfuerzos fallidos para obligar a la producción de cultivos de exportación, imponer el servicio militar, restringir el uso de la lengua española y eliminar las costumbres tradicionales, como las peleas de gallos. A los dominicanos se les reforzó la percepción de sí mismos como diferentes de los haitianos en "idioma, raza, religión y costumbres nacionales".13​ Sin embargo, Boyer fracasó en su intento de abolir la esclavitud, tal como le sucedió a Toussaint porque ambos desconocían la naturaleza del sistema esclavista que existía en Santo Domingo, pues era una esclavitud patriarcal y doméstica. No obstante, igual que Toussaint, Boyer estableció una especie de esclavitud contra blancos y mulatos.

La constitución de Haití prohibió a los blancos ser propietarios de tierras, y las familias terratenientes importantes fueron privadas a la fuerza de sus propiedades. La mayoría emigró a las colonias españolas de Cuba y Puerto Rico, o hacia la independiente Gran Colombia, por lo general con el apoyo de funcionarios haitianos, quienes adquirieron sus tierras. Los haitianos, quienes asociaban la Iglesia católica con los amos franceses que los habían explotado antes de la independencia, confiscaron todos los bienes de la iglesia, todos los clérigos extranjeros deportados, y se cortaron los lazos con la clerecía restante en el Vaticano. La Universidad de Santo Domingo, la más antigua en el Hemisferio Occidental, careciendo de estudiantes, profesores y recursos, cerró. Para recibir el reconocimiento diplomático de Francia, Haití se vio obligado a pagar una indemnización de 150 millones de francos a los antiguos colonos franceses, que se redujo posteriormente a 60 millones de francos, y debido a esto, Haití impuso pesados impuestos sobre la parte oriental de la isla. Dado que Haití no pudo suplir provisiones adecuadas para su ejército, las fuerzas de ocupación sobrevivieron en gran medida apoderándose o confiscando alimentos y suministros a punta de pistola.

Los intentos de redistribuir la tierra entraron en conflicto con el sistema de tenencia de la tierra comunal (terrenos comuneros), que había surgido con la economía ganadera, y los nuevos esclavos emancipados resentidos se ven obligados a producir cultivos comerciales bajo el Código Rural de Boyer.14​ En las zonas rurales, la administración haitiana era por lo general demasiado ineficiente para hacer cumplir sus propias leyes. Fue en la ciudad de Santo Domingo que los efectos de la ocupación se sintieron con más fuerza, y fue allí donde el movimiento por la independencia tuvo su origen.

Primera República (1844-1861)[editar]

Juan Pablo Duarte contemplando el nacimiento de la República

En 1838, Juan Pablo Duarte fundó una sociedad secreta llamada "La Trinitaria" para sacudir el yugo haitiano que junto a sus múltiples colaboradores lograrán independizar la parte oriental de la isla. En 1843 se aliaron con un movimiento haitiano para derrocar a Boyer. Debido a sus pensamientos revolucionarios y lucha por la independencia dominicana, el nuevo presidente de Haití, Charles Rivière-Hérard, exilió y encarceló a los principales trinitarios. Al mismo tiempo, Buenaventura Báez, un exportador de caoba azuano y diputado en la Asamblea Nacional de Haití, estaba negociando con el Consulado General de Francia para el establecimiento de un protectorado francés. En una oportuna insurrección para adelantarse a Báez, el 27 de febrero de 1844, los Trinitarios declararon su Independencia de la República Dominicana, con el apoyo de Pedro Santana, un rico ganadero de El Seibo quien comandó un ejército privado de peones que trabajaban en sus tierras y que lucharon por la causa revolucionaria formando así junto a voluntarios patriotas el ejército independentista dominicano.

Primera República (1844-1861)



La primera constitución de la República Dominicana fue aprobada el 6 de noviembre de 1844. Se incluyó una forma de gobierno presidencial con muchas tendencias liberales, pero se vio empañada por el artículo 210, impuesto por Pedro Santana en la Asamblea Constituyente por la fuerza, dándole los privilegios de una dictadura hasta que la guerra de independencia terminara. Estos privilegios no solo le sirvieron para ganar la guerra, sino también le permitió perseguir, ejecutar y conducir al exilio a sus opositores políticos, entre los que se encontraron Juan Pablo Duarte.

Durante la primera década de independencia, Haití intentó varias invasiones para recuperar la parte oriental de la isla: en 1844, 1845, 1849 y 1855. Aunque cada una fue malograda, Santana siempre utilizaba la amenaza de la invasión haitiana como una justificación para la consolidación de sus poderes dictatoriales. Para la élite dominicana —en su mayoría propietarios de tierras, comerciantes y sacerdotes— la amenaza de la reconquista por el más poblado Haití fue suficiente para buscar la anexión a un poder exterior. Ofreciendo las aguas profundas del puerto de la bahía de Samaná como señuelo, en las siguientes dos décadas, las negociaciones se hicieron con Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos y España para declarar un protectorado sobre el país. Sin carreteras adecuadas, las regiones de la República Dominicana se desarrollaron en forma aislada unas de otras.

En el sur, la economía estaba dominada por la ganadería (sobre todo en el sureste de la sabana) y el corte de caoba y otras maderas duras para la exportación. Esta región conservó un carácter semi-feudal, con poca agricultura comercial, la hacienda como unidad social dominante y la mayoría de la población vivía en un nivel de subsistencia. En el Valle del Cibao —los más ricos campos agrícolas de la nación— los campesinos complementaban sus cultivos de subsistencia con el cultivo del tabaco para la exportación, principalmente hacia Alemania. El tabaco requería menos tierra que la ganadería y se cultivaba principalmente por pequeños agricultores, quienes dependían de los comerciantes ambulantes para transportar sus cosechas a Puerto Plata y Montecristi.

Santana, enriqueciéndose a sí mismo y a sus seguidores, recurrió a múltiples impresiones de dinero inorgánico. En 1848, se vio obligado a dimitir, aunque alegó quebrantos de salud, y fue sucedido por su vicepresidente, Manuel Jimenes. Después de volver a dirigir las fuerzas dominicanas contra una nueva invasión haitiana en 1849, Santana marchó hacia Santo Domingo, deponiendo a Jimenes. A petición de éste, el Congreso eligió a Buenaventura Báez como presidente, pero Báez no estaba dispuesto a servir de títere de Santana, desafiando su papel como líder reconocido militar del país. En su primer mandato se tomaron por primera vez acciones ofensivas contra Haití.​ De inmediato se recuperaron la Isla Beata y Alto Velo.

El 4 de noviembre de 1849, la Infantería de Marina dominicana desembarcó en Saltrou, y se dispararon 50 tiros de cañón en apoyo a las fuerzas que desembarcaron en zona enemiga, quienes aniquilaron varios adversarios sin sufrir ninguna baja.​ Al día siguiente, desembarcaron en Anse-à-Pitre, donde incendiaron sus depósitos e instalaciones militares y cuyos defensores huyeron junto a la población, llena de temor, causado por el continuo bombardeo de los cañones de la flotilla dominicana. Luego continuaron rumbo a Los Cayos, encontrándose en las inmediaciones del puerto con una embarcación haitiana, la cual fue perseguida, alcanzada y hundida, con tres descargas de cañones; luego bombardearon las instalaciones y depósitos militares del pueblo de Los Cayos, sin tener que desembarcar sus tropas. Otra de las naves encontradas fue la Charite, la cual trató de escapar, pero el bergantín 27 de Febrero, al ser más ligero, la alcanzó y al abordaje, saltaron a cubierta desatándose una cruenta lucha "cuerpo a cuerpo" a bordo, cuyo desenlace resultaron 28 haitianos muertos, 20 prisioneros y heridos así como el barco confiscado.​ El 2 de enero de 1850, la flotilla dominicana fue por segunda vez a las costas de Haití; sorprendió el pueblo de Dame-Marie con un intenso bombardeo, destruyendo de inmediato el Fuerte River que lo defendía, desembarcando la Infantería de Marina, la cual enfrentó una débil resistencia de la guarnición militar destacada allí, en la que hubo algunos muertos y varios detenidos.​ Luego los marinos dominicanos destruyeron e incendiaron los depósitos de mercancías e instalaciones militares que habían sobrevivido el bombardeo.

El buen resultado de estas operaciones militares ayudó a afianzar la independencia. También durante ese periodo se inició una mediación de parte de Francia e Gran Bretaña, con el fin de obtener una tregua con Haití, en sus invasiones. Se logró una pequeña tregua y a inicios de 1851 se sentía un clima de paz que jamás se había visto en la joven república.

En 1853, Santana fue elegido presidente para su segundo mandato, lo que obligó a Báez a buscar el exilio. Tres años más tarde, después de malograr la invasión haitiana por última vez, negoció un tratado de arrendamiento de una porción de la península de Samaná con una compañía estadounidense; la oposición popular lo obligó a abdicar, lo que permitió que Báez regresara y tomara el poder. Con el tesoro nacional agotado, Báez imprimió dieciocho millones de pesos para la compra de la cosecha de tabaco de 1857 con esta moneda y exportándola por dinero en efectivo en beneficio de sí mismo y sus seguidores. Los plantadores de tabaco cibaeños, quienes se arruinaron cuando se produjo la inflación, se rebelaron, volviendo a recurrir a Santana quien se encontraba en el exilio, para liderar la rebelión. Después de un año de guerra civil, Santana tomó Santo Domingo y se instaló como presidente. Cabe destacar que el periodo de la primera república se distinguió por las pugnas y la inestabilidad política en el naciente país.

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